En las notas de Enrique Crespo: Un tributo al maestro del trombón

En las oscuras y sinuosas calles de Montevideo, donde los susurros del pasado se mezclan con la música del presente, surge una velada que promete ser más que un mero concierto.

Es el tributo a Enrique Crespo, un hombre que, aunque nunca crucé en vida, siento como si hubiera sido mi mentor en esas largas noches de soledad acompañadas solo por notas que fluyen de un trombón. Crespo, ese gigante del bronce que caminó entre nosotros, dejó una marca imborrable en el alma de Uruguay y, sin saberlo, en la mía.

El eco de un legado

La noticia del evento llegó a mí como un susurro en la brisa, una corriente eléctrica que recorrió mi ser. El Brass Quintet y el Ensamble de Metales UyBrass se unirán en una noche de armonías que trascienden lo terrenal, prometiendo un viaje a través del tiempo y del espacio. Me pregunto, ¿cómo sería encontrarme cara a cara con las melodías que Crespo dejó atrás? La expectativa me consume.

Una sinfonía de almas

Cada músico en el escenario llevará consigo una chispa del espíritu de Crespo. Daniel Crespo, Alejandro Vega, Miguel Vega… nombres que resuenan como acordes de una sinfonía mayor, preparados para rendir homenaje al maestro que, aunque nunca conocí, siento como parte de mi familia espiritual.

La música, ese lenguaje universal, tiene el poder de unirnos a todos, vivos o muertos, en una sola voz. Muy cliché, pero casi cierto.

Detrás del telón

Imagino los preparativos, la tensión y la emoción que fluyen tras bambalinas. Emanuel Dos Santos y Ana Holguera, ¿sienten acaso la presión de estar a la altura del legado de Crespo? Las luces de Renata Sienra, las fotografías de Mayu Capote, cada detalle meticulosamente planeado para que, por una noche, el maestro vuelva a caminar entre nosotros.

Una cita con la historia

Mientras la ciudad duerme, yo me encuentro despierto, palpando las horas, contando los minutos. Este concierto es más que un evento; es un portal a otra dimensión donde Crespo aún respira a través de su música.

Aunque nunca lo vi en persona, aunque nunca nuestras vidas se cruzaron en este plano terrenal, siento que la noche del 23 de marzo 2024 (un día antes de mi cumpleaños), será el encuentro que he estado esperando toda mi vida.

Un tributo eterno

Aquellos que asistan al concierto no solo serán testigos de la habilidad y el talento de los músicos en el escenario. Serán parte de algo más grande, un ritual de memoria y celebración.

Y mientras la última nota resuene en el aire, sé que no seré el único que sienta una conexión profunda, casi mística, con el maestro Enrique Crespo. En la música, como en la vida, hay magia que trasciende la muerte.

Así que aquí estoy, ansioso, esperando al atardecer, listo para ser transportado a un mundo donde Crespo y yo podríamos haber sido amigos, camaradas en la búsqueda de la belleza a través de la música. Esta noche, en un rincón oscuro de Montevideo, Enrique Crespo y quien escribe esto, finalmente nos encontraremos.

— Foto de portada: Composición entre la fotografía de Enrique Crespo de Luiz Cequinel, con fondo de  Matheus Viana.