Verde que te quiero verde: Canelones y su oasis hortícola

El Gobierno departamental de Canelones, continua promoviendo una iniciativa colaborativa que no solo involucra la producción de semillas y plantines, sino que también promueve la educación y la participación comunitaria en el ámbito de la horticultura.

A través de la sinergia entre diferentes direcciones gubernamentales, la región está viendo cómo este proyecto va germinando y creciendo robusto como las plantas que promueve.

El proceso de las huertas

El Gobierno de Canelones ha instalado un engranaje productivo en el que cada parte juega un rol esencial.

El proyecto se inició con la instalación de un invernadero, que marcó el comienzo de un aumento significativo en la producción. Manuela Posada, Gerenta del Área Social de la Agencia de Desarrollo Rural, destaca que el nuevo invernáculo ha sido una pieza clave en este proceso. Pero la infraestructura es solo una parte de la ecuación.

Junto a la mejora en la producción, se entregan kits de herramientas esenciales para trabajar la tierra, nylon para invernaderos y, de ser necesario, las semillas mismas.

Este enfoque integral asegura que quienes se involucren en el proyecto tengan a su disposición todos los recursos necesarios para su desempeño en la horticultura.

Cultivar para transformar

La educación y la capacitación son fundamentales en la visión de Canelones. Por ello, desde hace más de un año se están brindando talleres y cursos bajo el lema «Cultivar para transformar».

Este esfuerzo colaborativo entre la Facultad de Agronomía, la Intendencia de Montevideo y Canelones apunta a formar promotores de huertas comunitarias y educativas.

Viviana Azar, Técnica en Producción Agropecuaria Familiar, subraya la importancia de estos espacios de aprendizaje que permiten a los participantes adquirir conocimientos prácticos y teóricos sobre la horticultura.

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La capacitación es una herramienta poderosa que empodera a los individuos y les permite no solo involucrarse en la producción hortícola, sino también comprender mejor los procesos ecológicos y las técnicas agronómicas.

Estos cursos no son meros talleres teóricos; están diseñados para transformar, para fomentar un cambio que trasciende lo individual y que se refleje en la comunidad.

Construyendo comunidad a través de la horticultura

El proyecto hortícola de Canelones no es solo una iniciativa de producción agrícola; es una plataforma de participación y desarrollo comunitario.

Federico Ponce, del equipo de Gestión Ambiental, relató cómo surgió este programa: identificaron que varias direcciones trabajaban de manera aislada en temas similares, lo que llevó a una decisión estratégica de unir fuerzas.

Ahora, mediante un correo electrónico y un formulario web, un equipo dirigido por la Secretaría del Intendente coordina y define las diversas acciones a tomar, garantizando un enfoque más integrado y eficiente.

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Andrea Baccino, del equipo técnico de Descentralización y Participación, resalta el valor de la participación ciudadana en el desarrollo local. Este proyecto es un claro ejemplo de cómo la implicación directa de la comunidad puede resultar en un desarrollo sostenible y significativo.

Los ciudadanos no son solo beneficiarios, sino también actores clave en este proceso de crecimiento verde.

Un futuro floreciente

El proyecto hortícola de Canelones es un claro ejemplo de cómo la agricultura puede ser un motor de desarrollo educativo, comunitario y sostenible.

A través de la colaboración entre distintas direcciones gubernamentales y el involucramiento de la comunidad, se está creando un modelo de desarrollo que tiene el potencial de ser replicado en otras regiones.

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Canelones está sembrando las semillas de un futuro más verde y participativo, demostrando que la horticultura puede ser mucho más que la simple producción de alimentos: puede ser una herramienta de transformación social y ambiental.